Las enfermedades cardiovasculares (ECV) siguen situándose como la primera causa de muerte en el mundo y también en nuestro país. Sin embargo, en el 80% de los casos, la adopción de hábitos saludables podría convertirse en una herramienta preventiva básica. Así lo han puesto de manifiesto representantes nacionales e internacionales, de las esferas médica, científica y sanitarias, que han asistido a un acto organizado por la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Fundación Española del Corazón (FEC) para celebrar el Día Mundial del Corazón.
Contamos con la Estrategia de Salud Cardiovascular del SNS (Escav), publicada recientemente por el Ministerio de Sanidad, que constituye una herramienta clave porque en su desarrollo han contribuido los mejores profesionales, tanto médicos como de enfermería como expertos en el resto de los temas de salud. Pero, lo que realmente pretendemos y queremos es hacerla operativa, aterrizarla, que Sanidad y las comunidades autónomas comiencen a llevar a cabo su implementación, empezando por pequeñas experiencias locales que, después, se puedan extrapolar al resto del territorio. Este aspecto, fundamental para Julián Pérez Villacastín, presidente de la SEC, conlleva también la posibilidad de que "la costumbre de medir nuestros resultados, dado que la citada estrategia tiene unos indicadores de resultados, se arraigue".
Para ello, la SEC acaba de aportar su contribución con el desarrollo de las unidades relativas de valor, cuya gestión sirve para, "primero, que todos los servicios de Cardiología españoles hablemos de lo mismo. Además, es importante que los resultados sean comparables para que aquellos hospitales referentes puedan enseñar y formar a otros hospitales con posibilidades más reducidas. Se busca la mejora continua, día a día", señala el cardiólogo.
SE ha detallado la magnitud de las enfermedades cardiovasculares como primera causa de muerte en el mundo y en España con un importante impacto económico: conllevan casi 18 millones de fallecimientos al año en el mundo y en Europa, más de 4 millones anuales con una amplia repercusión sanitaria y económica.
En 2022, en nuestro país murieron por esta causa 120.572 personas (un 26,0% del total de defunciones), por delante de otros grupos de enfermedades como los tumores (24,8%) o las enfermedades respiratorias (9,3%). Las enfermedades cardiovasculares se sitúa, además, como primera causa de hospitalización en España, con 582.446 hospitalizaciones en 2021 (un 12,9% del total), con una estancia media de 8,5 días.
Entre los diferentes tipos de enfermedad cardiovascular, las enfermedades isquémicas del corazón fueron las que causaron más fallecimientos (28.687) en 2022, seguidas de las enfermedades cerebrovasculares (24.558 defunciones), la insuficiencia cardiaca (20.606 defunciones) y la enfermedad hipertensiva (14.790 defunciones). Estos dos últimos tipos de enfermedad aumentaron su mortalidad 2,1% y un 4,5%, respectivamente, respecto a 2021.
Sobre el impacto económico, se calcula que, en España, las enfermedades cardiovasculares provocan unos costes anuales de hospitalización de más de 13.500 millones de euros (280 euros por cada español y año). A ello se suma su afectación en el mercado laboral y la productividad, con un impacto en la economía que alcanza el 0,7 % del PIB y un coste superior a los 145 millones de euros al año por incapacidad temporal.
Maite San Saturnino, presidenta de la Plataforma de pacientes de la FEC, ha incidido en la importancia de evitar factores de riesgo cardiovascular, junto con una mayor concienciación, ya que "muchos pacientes no son conscientes de la necesidad de controlar sus factores de riesgo cardiovascular".
La Estrategia de Salud Cardiovascular incide en cuatro apartados:
- Prevenir la muerte súbita, para lo cual es necesario prevenir los factores de riesgo cardiovascular, además de implementar otras medidas como los desfibriladores en lugares públicos.
- Insuficiencia cardíaca -una de las patologías cuya frecuencia sigue aumentando a pesar de que la mortalidad cardiovascular disminuye ligeramente-, considera que se deben adoptar medidas que cada vez están más claras, ya que están muy relacionadas con los hábitos de vida y con el apoyo farmacológico. Para ello es importante pelear por la equidad en nuestro Sistema Nacional de Salud; que cualquier ciudadano, de cualquier comunidad, tenga los mismos derechos para acceder a los mismos fármacos".
- La cardiopatía isquémica -infarto de miocardio, angina de pecho, entre otras alteraciones-, continúa no sólo siendo la principal causa de muerte sino también de discapacidad, "de pérdida de años de vida vivida con calidad".
- Las valvulopatías, cuya incidencia aumenta debido a la mayor sobrevida de la población general. "Las alteraciones valvulares son fáciles de diagnosticar y de tratar; pero hay que hacerlo".
Todo ello plantea la necesidad de un plan europeo, dar la importancia debida a llamar la atención del conjunto de la sociedad teniendo en cuenta que la incidencia de las enfermedades cardiovasculares "sigue creciendo". Christopher Leclercq, vicepresidente de la European Society of Cardiology, considera que el impacto en Europa y España -país al que ha calificado de modelo para los demás países europeos en el abordaje y asistencia-, de las enfermedades cardiovasculares "justifica estrategias firmes y definitivas de los agentes sanitarios, como un Plan Europeo de Salud Cardiovascular que, además sea capaz de garantizar el acceso equitativo a la asistencia".
María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y del Ambiente en la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha profundizado en los desafíos globales en materia de salud cardiovascular, destacando la contaminación del aire como "uno de los cinco factores de riesgo que está cobrando mayor relevancia en las estrategias de salud cardiovascular". A su juicio, ha destacado que para la OMS, las enfermedades no transmisibles, como las cardiovasculares, son un reto y consideradas un problema de salud en todo el mundo. Y ha subrayado la paradoja: "el riesgo cardiovascular es prevenible en un 80% de casos, lo que significa que podrían ser evitadas a través de una prevención adecuada". Este aspecto de se está viendo en el esfuerzo de las administraciones sanitarias como en el caso la comunidad de Madrid que cuenta con la tasa más baja de muertes relacionadas con patología cardiovascular de toda España: 157,7 frente a la media nacional de 213,8 de fallecimientos por casa cien mil habitantes, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2021. Su consejera, Fátima Matute, ha recalcado que desde la Atención Primaria de la Comunidad se están llevando a cabo "una importante tarea de detección temprana y vigilancia que solo en 2022 se tradujo en más de un millón de intervenciones", y ha resaltado proyectos como el Código Infarto Madrid, Cardiored-1, el Código Ictus y el Plan de Muerte Súbita, entre otros, "para salvar vida y reducir secuelas asociadas".
Lo que está claro es que, por el 'tensionamiento' que suponen para el SNS, las enfermedades cardiovascular deben ser un objetivo prioritario,con el enfoque multidisciplinar que es la Estrategia en Salud Cardiovascular del Sistema Nacional de Salud (Escav) desarrollada en colaboración con las Comunidades Autónomas y más de 100 expertos, sin olvidar la prevención y la educación socio-sanitaria desde la infancia.