La OMS ha estado publicando informes sobre microplásticos y salud humana desde 2019. El último se publicó a finales de agosto de 2022.
Los microplásticos son partículas de plástico de entre 5 milímetros y 100 nanómetros de diámetro (10 veces más delgado que un cabello humano). Cualquier cosa más pequeña que eso se conoce como nanoplástico.
- Los microplásticos "primarios" se fabrican para ser pequeños y se utilizan en cosas como cosméticos y pinturas. Los microplásticos "secundarios" son el resultado de la descomposición de materiales plásticos más grandes, como botellas de agua y bolsas de plástico.
- Los microplásticos secundarios son más diversos que los primarios y pueden tomar formas que van desde fibras desprendidas de ropa sintética (como el poliéster) hasta trozos de una cuchara de plástico dejados en nuestro medio ambiente. Estos plásticos se convertirán en un microplástico secundario a medida que las fuerzas naturales como el viento, las corrientes de agua y la radiación UV lo descompongan en pedazos cada vez más pequeños.
El plástico es un material diverso. Heather Leslie, PhD, del Departamento de Medio Ambiente y Salud de Vrije Universiteit, lo compara con espaguetis con salsa. Los espaguetis son la columna vertebral larga de polímero que comparte todo el plástico. Las salsas son "los pigmentos, los antioxidantes, los retardantes de llama, etc., que lo hacen funcional", dice. Hay más de 10,000 productos químicos diferentes, o "salsas", utilizados para alterar las características físicas de un plástico, haciéndolo más suave, más rígido o más flexible.
A medida que los plásticos se degradan se convierten en microplásticos, y es probable que estos productos químicos permanezcan. Investigaciones recientes han demostrado que los microplásticos filtran estos productos químicos localmente en los tejidos humanos u otras áreas de acumulación. Unos 2.400 de los 10.000 aditivos químicos se clasificaron como sustancias potencialmente preocupantes, que cumplían los criterios de persistencia, bioacumulación o toxicidad de la Unión Europea.
Hay tres peligros potenciales de los microplásticos:
- Su presencia física en nuestros cuerpos
- De qué están hechos
- Qué transportan.
Muchos de estos productos químicos también actúan como compuestos disruptores endocrinos, o tóxicos que imitan a las hormonas cuando entran en el cuerpo. Para el cuerpo, algunos aditivos químicos en el plástico se parecen a las hormonas, por lo que el cuerpo responde.
El bisfenol A (BPA), por ejemplo, es uno de los disruptores endocrinos peores. Se utiliza para hacer que los plásticos sean más rígidos y se puede encontrar en cualquier plástico, pero la mayor preocupación son las botellas de plástico, biberones y las capas protectoras en alimentos enlatados. El BPA puede imitar al estrógeno, hormona sexual femenina esencial para la reproducción, desarrollo neurológico y la densidad ósea. En los hombres, el estrógeno regula el conteo de espermatozoides, el deseo sexual y la función eréctil. La exposición al BPA se ha relacionado con, pero no se ha demostrado que cause, múltiples tipos de cáncer, TDAH, obesidad y bajo recuento de espermatozoides.
El problema de la inflamación: Las partículas de micro y nanoplásticos pueden desencadenar una respuesta inmune cuando ingresan al torrente sanguíneo, explica Nienke Vrisekoop, PhD, de la UMC Utrecht en los Países Bajos. Los glóbulos blancos no tienen problemas para descomponer cosas como las bacterias, pero los microplásticos no se pueden degradar. Cuando un glóbulo blanco envuelve una cierta masa de microplásticos, ya sean muchas partículas pequeñas o una grande singular, muere, liberando sus enzimas y causando inflamación local. La partícula de plástico permanece y más glóbulos blancos atacan lo que provoca estrés oxidativo y la liberación de citoquinas que desencadenan reacciones inflamatorias.
Por otro lado, la inhalación de partículas microplásticos puede provocar enfermedades respiratorias y cáncer.
Cómo minimizar la exposición: No hay forma de evitar los microplásticos. Están en el aire que respiramos, los productos que usamos, el agua que bebemos y los alimentos que comemos. Cada pieza de plástico que se ha creado sigue en nuestro planeta hoy, aparte de lo que se ha incinerado. Las estimaciones muestran que tan solo reciclamos alrededor del 9% de todo el plástico, dejando 9 mil millones de toneladas en nuestros vertederos, océanos y ecosistemas. Los nuevos datos son aún más graves. Un informe de 2022 de Greenpeace mostró una tasa de reciclaje del 5% en Estados Unidos en 2021.
Se podrían tomar medidas para reducir nuestra exposición y evitar que el problema empeore. La filtración de agua es una opción, aunque no es perfecta. La investigación ha demostrado que el tratamiento del agua municipal puede ser eficaz. Un estudio de octubre de 2021encontró que dos métodos, electrocoagulación-electroflotación y filtración por membrana, pueden ser 100% efectivos para eliminar los microplásticos del agua tratada.
Un proyecto a más largo plazo: Reducir nuestro riesgo mediante la reutilización y el reciclaje de residuos plásticos. Limitar nuestro consumo de plástico, especialmente plástico de un solo uso, disminuyendo la cantidad disponible para convertirse en micro y nanoplásticos.