El ''botellón'' el más lesivo para el cerebro adolescente

Salud

  • lunes, 30 de septiembre de 2024

Se define como un consumo intermitente y elevado de alcohol,

Investigadores del grupo de Neurofarmacología de las Adicciones y los Trastornos Degenerativos (Neurofan) de la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo, en Madrid, en colaboración con investigadores de la Universidad Miguel Hernández, en Elche, Alicante, han descrito por primera vez una alteración fundamental que genera el alcohol en el cerebro adolescente.

Concretamente, el equipo ha observado que el consumo intermitente de alcohol durante la adolescencia -el que se lleva a cabo en el llamado 'botellón'- produce un marcado descenso de las redes perineuronales en el hipocampo, un área cerebral fundamental en procesos de memoria y aprendizaje.

Estas redes constituyen la matriz que rodea neuronas y que las protege de diversos daños, como la exposición a un tóxico como el alcohol. En este sentido, la investigación ha demostrado también que la modulación farmacológica de una proteína clave para el anclaje de esas redes perineuronales "regula estos efectos del alcohol y previene el daño que produce esta droga sobre los progenitores neuronales del hipocampo".

Este trabajo se torna más importante, si cabe, tras las últimos datos emitidos por el Ministerio de Sanidad a  principios de agosto, dentro del documento Monografía sobre alcohol 2024: Consumo y consecuencias, en el que se pone de manifiesto que el 30% de los menores de 12 y 13 años reconoce haber tomado alcohol al menos una vez en el último año.

Más preocupante es que el 28,2% de los estudiantes entre 14 y 18 años reconoce haber realizado un consumo en 'atracón o binge drink', es decir, beber cinco o más copas, vasos o cañas de alcohol en un tiempo aproximado de dos horas.

El trabajo, publicado en Neuropharmacology, reúne las evidencias que llevaron a los investigadores a demostrar, en modelo animal, que este consumo intermitente de alcohol reduce significativamente las redes perineuronales en el hipocampo. "Sin la matriz que envuelve a las neuronas, pueden ser más vulnerables a los efectos neurotóxicos del alcohol. Esto podría ser la causa de la gran pérdida de neuronas inmaduras en el hipocampo adolescente tras el consumo de grandes cantidades de alcohol, lo cual se ha relacionado con problemas cognitivos a corto y largo plazo, y un aumento del riesgo de sufrir demencia u otras enfermedades neurodegenerativas de forma precoz", señalan los investigadores.

Los principales efectos neurotóxicos del alcohol ocurren sobre los progenitores neuronales que se encuentran en determinados nichos en el cerebro, en espera de diferenciarse a neuronas cuando sea necesario. Esto forma parte de nuestro mecanismo de defensa cerebral ante procesos fisiológicos, como el envejecimiento, o patológicos, como trauma, isquemia o exposición a toxinas, entre otros. Un nicho importante de estas células es el hipocampo, área muy importante en los procesos de memoria y aprendizaje. El alcohol provoca un descenso muy marcado de estos progenitores neuronales en el hipocampo, lo cual podría contribuir a los problemas cognitivos a largo plazo que se observan tras la ingesta de alcohol durante la adolescencia. No debemos olvidar que el consumo de alcohol es ya, en adultos, la primera causa prevenible de deterioro cognitivo y demencias, por lo que parece razonable pensar que todo esto se acelerará cuando el consumo se produce en una etapa cerebral especialmente vulnerable como la adolescencia.

En cuanto a las edades de comienzo de consumo de alcohol y cantidades ingeridas se consideran más peligrosas. En general, cuanto más joven, la ingesta de alcohol va a provocar mayores efectos neurotóxicos en el cerebro hasta que se consuma el desarrollo completo de este órgano, lo cual ocurre entre los 21 y 24 años de edad. Lo mismo ocurre con la cantidad: el daño será proporcional a la cantidad ingerida y los niveles de alcohol en sangre alcanzados. Es decir, un episodio de atracón -en este caso 'botellón' - se define como 5 unidades de alcohol en hombres y 4 en mujeres en el intervalo de 2 horas, siendo la unidad en torno a 100 ml de vino o 250-300 ml de cerveza.

Además, la investigación introduce un factor novedoso y a tener en cuenta: aunque el consumo de alcohol sea intermitente -como sucede en el caso del 'botellón' que suelen practicar los adolescentes los fines de semana, mayoritariamente-, el daño cerebral es muy sólido y evidente. De hecho, "es el consumo más dañino que existe, y por eso es el que se utiliza en modelos animales para estudiar el daño que produce el alcohol en el cerebro adolescente. Es decir, el consumo por atracón que comentábamos antes, un par de veces por semana, es muchísimo más dañino para el cerebro adolescente que tomar una o dos cervezas al día, sin que esto quiera decir que esté exento de riesgo".

Los resultados de la investigación indican un descenso de ciertas redes neuronales que influyen en la memoria y el aprendizaje. Si esta reducción pudiera revertirse con algún tipo de estrategia es, precisamente, el punto de partida en el que se centran actualmente numerosos grupos de investigación mundial con el objetivo de prevenir el deterioro cognitivo y las demencias en estadios tempranos de la vida. “Hoy en día, lo que conocemos nos permite sugerir que es posible prevenirlo o atenuarlo, pero no revertirlo completamente. Sin embargo, se trata de un estudio basado en el conocimiento de la neurogénesis en cerebros de otros mamíferos, porque en el cerebro humano es muy difícil estudiarlo al depender mucho de cuándo se realiza el estudio, cómo se ha conservado el tejido, entre otros" comentan los investigadores

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