Nuevas terapias frente a la metástasis: “Vamos a empezar a tratar el cáncer con bacterias”

Salud

  • jueves, 30 de noviembre de 2023

Conocer la interrelación entre el cuerpo humano y el microbiota es clave.

Conocer la interrelación entre el cuerpo humano y el microbiota es clave para entender su papel en las enfermedades y, ahora también, en el cáncer.

La investigadora italiana María Rescigno, de la Humanitas University de Milán, ha descubierto la existencia de una barrera intestinal que protege al organismo de la entrada de agentes externos y, al mismo tiempo, permite la absorción de nutrientes.

Su trabajo, presentado durante el Congreso CNIO-Caixa Research Frontiers Meeting ‘Metástasis’, muestra que hay bacterias que proliferan especialmente en el ambiente de poco oxígeno y tejidos muertos que se da en los tumores. Esto sugiere la posibilidad de usar bacterias deliberadamente preparadas para activar la respuesta defensiva contra los tumores. Otra línea de investigación muestra que los microorganismos están implicados en preparar los tejidos para que acojan a las células metastásicas. Así, impedir con fármacos esa preparación del nido para la metástasis sería otra posible vía terapéutica.

En esta línea, destacan los ensayos de Claudia Gravekamp, del Albert Einstein College of Medicine (Nueva York, EE.UU.), que implican tratamientos con bacterias contra las que nos hemos vacunado en nuestra infancia, como “truco” para reactivar la respuesta inmune. Con estas nuevas vías de investigación en el horizonte, el jefe del grupo de Metástasis Cerebral del CNIO, Manuel Valiente, asegura que “vamos a empezar a tratar el cáncer con bacterias”.

Por otro lado, uno de los grandes cambios de paradigma en torno a la metástasis es que se trata de “una enfermedad distinta, con mecanismos biológicos propios, explica Eva González Suárez, jefa del Grupo de Transformación y Metástasis del CNIO. Hasta ahora la metástasis se veía como la etapa más avanzada de un proceso oncológico.

Sin embargo, hoy está claro que es un fenómeno que evoluciona por su cuenta y empieza probablemente mucho antes, con unas pocas células, muy específicas, que tienen la capacidad de colonizar otros órganos, como señala Héctor Peinado, jefe del Grupo de Microambiente y Metástasis del CNIO. Es más, quizá estas células metastásicas procedan no del tumor primario, como se creía hasta ahora, sino de otras metástasis.

El mayor conocimiento sobre la biología propia de la metástasis está abriendo ya nuevos frentes para combatirla. De hecho, en los trabajos presentados en el CNIO se explora la posibilidad de prevenir o tratar la metástasis con estrategias que implican bacterias y fármacos contra la hipertensión; control del estrés psicológico; e interceptar la comunicación entre las células cancerosas y las neuronas.

Estos trabajos se enmarcan en otro de los cambios conceptuales en esta área: la metástasis no es el producto de unas cuantas alteraciones genéticas, sino que influyen en ella muchos otros procesos que ocurren a la vez en el cuerpo. “Estamos viendo que, en la metástasis, además de las mutaciones y el microentorno en contacto con las células metastásicas, intervienen también el estrés y los cambios en los ritmos circadianos, por ejemplo”, dice Peinado.

Una de las áreas más novedosas y recientes en torno al estudio del cáncer es la neurociencia, que investiga la interacción entre el cáncer y el sistema nervioso central y periférico. Esta mayor comprensión de la biología de la metástasis está permitiendo pensar en nuevos tratamientos que ayuden a los pacientes.

Por su parte, Frank Winkler, investigador pionero en neuro-oncología de la Universidad de Heidelberg y el Centro Alemán para la Investigación del Cáncer, explica que “las interacciones entre el sistema nervioso y el cáncer pueden regular la oncogénesis, el crecimiento del tumor, la propagación de la metástasis y la resistencia al tratamiento”, además de estimular la inflamación y debilitar la respuesta inmunitaria contra el cáncer. Winkler avanza que ya existen ensayos clínicos en fases iniciales que buscan alterar e incluso destruir las redes de señales entre células tumorales para frenar el avance de la metástasis.

Compartir