Diario Médico. Cardiología. Covadonga Díaz. Oviedo. 02/04/2022
Un equipo de investigación liderado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares ha identificado nuevos marcadores que predicen la aterosclerosis subclínica atendiendo a los instrumentos de diagnóstico clásicos, lo que puede contribuir al diagnóstico precoz de esta enfermedad. El estudio, publicado en la revista eBiomedicine, ha sido llevado a cabo por investigadores del CiberCV en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y el Instituto de Investigación Sanitaria-Fundación Jiménez Díaz-Universidad Autónoma de Madrid (IIS-FJD-UAM), entre otras instituciones.
La aterosclerosis es una de las principales causas de enfermedad cardiovascular y uno de los mayores problemas de salud actuales, con un importante coste para el sistema sanitario. Aunque se comienza a desarrollar en la juventud, sólo se suele diagnosticar a edades avanzadas o cuando tiene lugar un evento cardiovascular. Tratar de identificar la enfermedad en sus etapas más tempranas es uno de los principales objetivos de los investigadores para así modificar su curso, según explica Jesús Vázquez, investigador principal del CiberCV, jefe del Laboratorio de Proteómica Cardiovascular del CNIC y coordinador del estudio.
La prevención temprana es el mejor enfoque para combatir esta enfermedad pandémica. La identificación de la presencia de aterosclerosis mediante técnicas de imagen no invasivas ha demostrado que mejora la estratificación del riesgo con respecto a los métodos convencionales. Las técnicas utilizadas son ultrasonidos en 2 y 3 dimensiones y tomografía computarizada.
Las guías de práctica clínica recomiendan la evaluación del riesgo individual mediante imagen y el uso de ecuaciones que se basan en los factores de riesgo cardiovascular tradicionales, especialmente, en individuos de riesgo bajo a moderado. Los parámetros clínicos utilizados son tabaquismo, niveles de colesterol y glucosa, presencia de obesidad, hipertensión o diabetes. A partir de estos parámetros se calcula un factor de riesgo cardiovascular usando escalas clínicas aceptadas internacionalmente. Lo que sucede es que las técnicas de imagen cardiovascular no están disponibles universalmente, y existe una variación sustancial en la cantidad de aterosclerosis entre individuos pertenecientes a la misma categoría de riesgo. Por ello existe mucho interés en desarrollar otras técnicas rápidas y no invasivas para detectar la carga aterosclerótica, señala Jesús Vázquez.
Las técnicas de imagen tienen ciertas limitaciones. Como señala Vázquez, “las técnicas de imagen permiten detectar eficazmente la presencia de aterosclerosis, pero el análisis es costoso y requiere un personal altamente cualificado y un equipamiento que en algunas regiones y países no está disponible”, de ahí la importancia de contar con métodos alternativos.
“Tradicionalmente se ha evaluado el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular analizando una serie de factores de riesgo como el tabaquismo, el sobrepeso o la hipertensión. Sin embargo, muchos individuos que no tienen ningún factor de riesgo desarrollan placas ateroscleróticas; por ello la detección precoz de la enfermedad reviste un gran interés biomédico. El nuevo método ofrece una alternativa para detectar la presencia de aterosclerosis de forma rápida y asequible”, explica José Luis Martín Ventura, investigador del CiberCV en el IIS-FJD-UAM y uno de los coordinadores del trabajo.
“Estudios como el PESA han demostrado que muchos individuos sin riesgo cardiovascular de acuerdo a las escalas de riesgo convencionales tienen aterosclerosis”, añade. La identificación de biomarcadores plasmáticos estrechamente asociados con la aterosclerosis subclínica, hallados en este trabajo, podría superar las limitaciones de las técnicas y procedimientos actuales y mejorar la predicción del riesgo cardiovascular.
Los investigadores han identificado tres proteínas en sangre que son biomarcadoras de la presencia de aterosclerosis, en concreto, la haptoglobina, la cadena pesada de la inmunoglobulina alfa-2 y la apolipoproteína(a). “Se desconoce el mecanismo biológico por el que se asocian a aterosclerosis. Pero sabemos que la asociación de cada una de ellas es independiente de las otras dos y también de los factores de riesgo convencionales, lo que indica que cada una de ellas detecta un fenómeno biológico diferente”. Y se sospecha que estas tres proteínas están implicadas respectivamente en el estrés oxidativo, la respuesta inmune innata y el metabolismo lipídico.
Este trabajo forma parte del estudio PESA CNIC-SANTANDER (Progression and Early detection of Subclinical Atherosclerosis), un macroproyecto que realiza el CNIC en colaboración con el Banco de Santander, en el que se estudia el desarrollo de placas ateroscleróticas en una población asintomática de trabajadores del Banco de Santander de entre 40 y 54 años de edad. El estudio PESA ha aportado información muy relevante sobre la importancia de la detección temprana de la aterosclerosis subclínica, según sus responsables.
En este nuevo estudio los investigadores utilizaron una colección de más de 880 muestras de plasma sanguíneo de individuos pertenecientes al estudio PESA para llevar a cabo un análisis masivo, utilizando técnicas proteómicas, con el objetivo de identificar biomarcadores circulantes que pudieran detectar aterosclerosis en su estado subclínico. De entre los potenciales biomarcadores detectados se seleccionó un panel con las tres proteínas referidas cuyo poder predictivo se validó posteriormente en una colección de 3.000 muestras de plasma de la cohorte ILERVAS, “utilizando técnicas rápidas y asequibles, con la colaboración de la empresa The Binding Site y el Hospital Quirónsalud Madrid (Pozuelo)”, explica Jesús Vázquez.
La mayor aportación de este estudio es el desarrollo de un panel de biomarcadores que permite identificar la presencia de aterosclerosis en personas sanas sin síntomas, incluso en individuos que no tienen ningún factor de riesgo cardiovascular. En este sentido, añade Estefanía Núñez, investigadora del CNIC y primera firmante del artículo, “el panel se puede medir en una muestra de sangre utilizando una técnica disponible de rutina en hospitales y laboratorios de análisis clínicos”.
Este es el estudio más grande realizado hasta la fecha, según sus responsables, que explora la asociación entre los niveles de proteínas plasmáticas y la aterosclerosis subclínica con el uso de proteómica cuantitativa no sesgada de alto rendimiento. El trabajo demuestra el potencial de la proteómica basada en espectrometría de masas para descubrir nuevos biomarcadores de enfermedades humanas.
Las proteínas predicen la aterosclerosis subclínica especialmente en individuos sin riesgo cardiovascular de acuerdo con las escalas clínicas. Por tanto, la propuesta sería, según concluyen Vázquez y Martín Ventura, analizar los niveles de estas proteínas en toda la población de individuos sin riesgo cardiovascular para hacer un cribado de personas que potencialmente tengan placas ateroscleróticas, en las que se podría confirmar la presencia de la enfermedad usando técnicas de imagen.