La afectación en España es más elevada que la media que registran otros países. El dato es aún más llamativo cuando el análisis se centra
- En el género -más problemas en mujeres que en hombres-.
- En franjas etarias donde la mayor afectación aparece en edades comprendidas entre los 18 y los 24 años, grupo seguido muy de cerca por las personas de entre 25 y 34 años.
El informe del estudio del Grupo AXA recoge los datos de 16.000 entrevistas entre personas de 18 a 75 años de 16 países (España, Italia, Francia, Reino Unido, Irlanda, Suiza, Bélgica, Turquía, Alemania, EEUU, México, Japón, China, Hong Kong, Filipinas y Tailandia).
- En España, un tercio de los encuestados reconoce tener algún problema de salud mental.
- En concreto, el 34% señala que actualmente tiene algún problema de salud mental -sufrimiento psicológico acompañado o no de aislamiento social-, lejos del 26% de Suiza o Francia y mejor que el 40% de los norteamericanos o el 37% de los británicos.
- Un 63% de los españoles dice haber experimentado al menos una dificultad personal en el último año y un 37% varias.
- El sufrimiento psicológico general (34%); seguido de una situación financiera complicada (28%) y el aislamiento social (25%) fueron las causas más usuales de su malestar.
En el caso del estrés, la situación de los españoles empeora y se agudiza respecto a años anteriores cuando el porcentaje de personas con problemas era del 26% en 2022 y 28% en 2021. Esta alteración vuelve a situar a España a la cabeza de países con población más estresada. El 62% de los españoles se sienten bastante estresados, el nivel más alto de los tres últimos años, frente al 54% de los franceses o el 49% de los japoneses.
En el informe también se hace mención a los aspectos que influyen en la ansiedad, depresión y estrés. Se les preguntó a los encuestados cómo se encontraron en la última semana y, en la mayor parte de los casos, los resultados empeoraban respecto al año anterior.
- Al 68% de los encuestados les costó relajarse
- El 67% se sentían abatidos y tristes
- Un 36% se sentía a punto de entrar en pánico.
La consecuencia directa e inmediata de esta situación es que más de una cuarta parte de estas personas consume ansiolíticos, somníferos y antidepresivos en unas tasas más elevadas que las que presentan otros países de nuestro entorno. Un 27% de españoles reconoce que toma fármacos como ansiolíticos, somníferos o antidepresivos una vez al mes y un 16%, al menos, una vez a la semana. Los resultados de España son los más altos de la muestra internacional. A pesar de ello, cuando se pregunta cómo se sienten, muchos de los encuestados responden que bien, a pesar de no estarlo, tal y como muestran los indicadores de salud mental, lo que sugiere, que hemos normalizado algo que no es normal. Hay que reflexionar sobre cómo estamos analizando la salud mental.
En España, donde un tercio de la población reconoce problemas, un 17% dice tener depresión y otro 16% ansiedad, fobia o estrés post traumático, es uno de los países del mundo en el que se diagnostica más por parte de profesionales sanitarios, ya que un 41% ha recibido un diagnóstico por parte de un psicólogo o psiquiatra y otro elevado porcentaje señala haber visitado a un profesional de la salud.
También se observa, sin embargo, un aumento en 'la autoinvestigación' por redes, fenómeno más elevado en otros países analizados, lo que pone de manifiesto que estamos empezando a adoptar conductas de otros países.
Francisco Santolaya, presidente del Consejo General de la Psicología de España, que ha participado en la presentación de este informe mundial, ha alertado de que la tendencia del malestar psicológico en España va en aumento, indicando que es esencial la intervención en personas jóvenes -uno de los grupos más afectados, según los datos de AXA-, para que el problema no se arrastre posteriormente a ámbitos futuros de la vida personal, social y laboral, y teniendo en cuenta además que el 45% de las personas encuestadas dice tomar antidepresivos, cifra que hace 10 años se situaba en un 34%.
Aunque la situación económica es algo más desfavorable en España que en otros países analizados, los ítems en este sentido tampoco son peores, a pesar de que un 28% de la muestra analizada señala una situación financiera complicada como causa de su malestar. Aparecen también en la lista de principales causas el sufrimiento psicológico, en un 34%, y el aislamiento social, en un 25% de los casos.
Según Santolaya, la base de este malestar psicológico podría hallarse en que nos encontramos en un momento de transformación, tanto en lo que se refiere a los lazos de amistad como de la sociedad en general, con un trasfondo en el que el uso de las nuevas tecnologías -comunicación por teléfonos móviles entre jóvenes, por ejemplo-, puede estar aumentando la tensión entre grupos. Por tanto, es necesario dotar de recursos a los ámbitos educativo y laboral, teniendo en cuenta también a grupos que se encuentren en riesgo de exclusión social, para conseguir que el malestar no se convierta en un problema estructural. Hay que estar atento al mecanismo de normalización al que estamos asistiendo en los últimos años y que explica por qué nos sentimos mal, pero decimos que nos sentimos bien.
El presidente de los psicólogos españoles subraya que "no hay salud sin bienestar psicológico. Y para ello es necesario disponer de suficientes recursos, entre los que se encuentran los profesionales de la psicología para poder mejorar la situación emocional de los ciudadanos y reducir la incidencia de la patología mental". “Hay que legislar bien en el sentido de que debe existir una legislación -que ha de contar con expertos en Psicología y Psiquiatría-, que establezca condiciones saludables en el trabajo, que promocione la salud mental en los centros educativos, así como desde los servicios sociales, las administraciones de Justicia y que favorezca también el cuidado de la salud mental en el sistema sanitario".