Las urgencias psiquiátricas en menores han aumentado en los últimos cinco años, según alertan los pediatras que ven la creciente demanda de atención urgente en consultas y advierten del reto que supone tratar diversos trastornos. Así lo han puesto de manifiesto durante el 21º Congreso de Actualización en Pediatría de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), en Madrid, donde han señalado que el papel de los pediatras de atención primaria es «crucial» en la detección de trastornos de ansiedad, que afectan a entre el 10 y el 20% de los pacientes en edad pediátrica.
La ansiedad es uno de los trastornos mentales más prevalentes en la infancia y la adolescencia. Las manifestaciones clínicas de la ansiedad en estas etapas de la vida son difíciles de identificar y manejar. Las consultas urgentes por patología psiquiátrica suponen un reto para los pediatras de atención primaria. Se tratan de situaciones «muy complejas» que requieren de un manejo muy específico, con muy poco tiempo por paciente.
Las patologías más frecuentes en atención primaria son el abuso de sustancias, conductas suicidas, ansiedad y trastornos de comportamiento y de la conducta alimentaria. Entre las pautas ofrecidas en el seminario del Congreso, hay que tener en cuenta que la edad es un factor determinante en la expresión clínica. El miedo, la tristeza, la irritabilidad y las quejas somáticas son síntomas diana que nos deben de hacer sospechar su existencia.
Además, se ha registrado un aumento significativo en las autolesiones entre los adolescentes. De acuerdo con una investigación de The Lancet Commission, uno de cada seis adolescentes se autolesiona habitualmente, lo que refleja la presión emocional que muchos de ellos enfrentan. Las autolesiones pueden ser una forma de lidiar con sentimientos negativos o de buscar refuerzo social positivo, aunque es fundamental diferenciarlas de las conductas suicidas.
Es importante distinguir las autolesiones sin finalidad suicida de las conductas suicidas. Hay que entablar una comunicación abierta con el adolescente para que pueda expresar sus emociones en un entorno seguro y con empatía. La prevención del suicidio es otro de los temas que preocupa a los expertos. Según los datos más recientes, la ideación y conducta suicida entre los menores han aumentado de manera alarmante. El suicidio es la segunda causa de muerte en adolescentes. Factores como la depresión, los antecedentes de intentos de suicidio y las dificultades de acceso a servicios de salud mental son cruciales en el diagnóstico y prevención.
Los pediatras insisten en la importancia de su papel en la identificación temprana de signos de alarma y en la intervención para prevenir tragedias. Debemos estar atentos a señales como la desesperanza, el aislamiento social, el abandono de actividades y los cambios repentinos de comportamiento, entre otros