Menos del 25% de los pacientes con enfermedad vascular aterosclerótica logra reducir el colesterol LDL

Salud

  • martes, 28 de febrero de 2023

La prevención de la enfermedad cardiovascular en pacientes con alto o muy alto riesgo es uno de los principales retos que afronta la cardiología

El reto es conseguir reducir las cifras de morbimortalidad que, cada año, lideran el ranking en España y en Europa. Y es que las enfermedades cardiovasculares continúan siendo la primera causa de muerte, por delante del cáncer.

En este sentido, los cardiólogos se enfrentan al manejo de la enfermedad vascular aterosclerótica (EVA) en pacientes que ya han sufrido un primer accidente cardiovascular, como un infarto. Este perfil está catalogado como paciente con EVA. Así lo revela el Observatorio de las dislipemias en España, presentado en un CardioTV de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) con la colaboración de Daiichi Sankyo. El Dr. Juan Cosín explica que “en los pacientes con enfermedad vascular aterosclerótica establecida por falta de control del colesterol LDL (C-LDL), debemos conseguir niveles de LDL por debajo de 55 mg/dL, o una reducción del 50% sobre el basal, pero esto no se logra ni en una cuarta parte del total de pacientes.

Se trata de pacientes de muy alto riesgo que reciben estatinas de alta intensidad, seguido de una combinación de estatinas y ezetimiba. «Sin embargo, en muchos casos en los que no podemos utilizar un inhibidor PCSK9, se requieren nuevas estrategias terapéuticas, como ácido bempedoico, que ayuden al paciente a bajar sus niveles de C-LDL lo máximo posible, pues cuanto más bajo esté, menos riesgo va a tener el paciente», puntualiza el Dr. Cosín.  Pone de relieve la falsa percepción de los profesionales sanitarios frente al bajo porcentaje de pacientes que logran un control de la enfermedad. Afirma que «solemos pensar que controlamos mejor a nuestros pacientes de lo que en realidad lo hacemos, pues, si preguntas, más del 50% de los cardiólogos consideran que tienen a sus pacientes con EVA bien controlados pero, si se va de forma estricta a comprobar los datos, esta cifra baja al 25% de los pacientes.»

Según señala el especialista, existen cinco factores que, hasta ahora, no han ayudado a elaborar mejores estrategias de control del C-LDL. 

  • La falta de concienciación sobre el papel del colesterol LDL en la enfermedad arteriosclerótica como causante principal. 
  • La mala prensa de las estatinas con poca base científica, que han hecho dudar del efecto beneficioso que tienen. 
  • La falsa percepción por parte del médico, «considera que tiene a los pacientes mejor controlados de lo que están en realidad». 
  • Una falta de adherencia terapéutica por parte de los pacientes dado que, al ser una estrategia preventiva para evitar nuevos eventos cardiovasculares, éstos no notan ningún beneficio directo y van abandonando el tratamiento.
  • La existencia una “zona gris”, entre 55 y 100 mg/dL de colesterol LDL, en los que no existen estrategias terapéuticas para tratar al paciente. Hay que  ampliar este tratamiento oral con un mecanismo de acción novedoso que aporta ese tercer escalón terapéutico oral que completa la terapia hipolipemiante y que nos va a permitir controlar mejor a los pacientes de forma real.

En cuanto a los retos que plantea el paciente con EVA, los resultados preliminares del ensayo clínico Clear Outcomes, cuyos detalles se conocerán en el próximo congreso de la American College of Cardiology a inicios de marzo, resultan muy prometedores ya que se demuestra que la adición de ácido bempedoico a la terapia hipolipemiante es una estrategia eficaz en la reducción de morbimortalidad, en estos pacientes que, hasta el momento, no lograban controlar el colesterol LDL.
 

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